Nuestra oscuridad

Bérgamo, 06 de Junio de 2025

Todo lo que Dios ha creado tiende al equilibrio a la armonía. Aún lo que en apariencia está mal. No es posible para el humano ver los planes de Dios en la oscuridad. Una muerte temprarna, una violencia inusual, ¿por qué lo permitiría? No lo desea, no lo recomienda, se ve obligado a permitirlo para que el sistema completo se perpetúe y, sobre todo, madure, crezca, mejore. ¿Cómo es esto? Algún ser desea experimentar su propia posibilidad de maldad, ejerciendo actos malvados. Él, Dios, intenta que desista, aún así debe autorizarlo, sufriendo. Luego sucede que muchos otros aprenden de eso. Si, aprenden, eligen. Una parte de esta verdad está encerrada en el contraste, para que una luz se vea debe haber oscuridad, eso es cierto, pero además ese ser malvado muestra en forma extrema, tremenda, horrible, el mal que está encerrado en toda la humanidad, en cada uno. ¿O acaso crees que no, que estás libre del mal en tí? Como no eres capaz de verlo en tí por ti mismo, vino ese ser a mostrártelo para que te revises, mires bien adentro de tus egoismos, tus mezquindades. En el fondo, ese ser está sacrificando su vida, transformándola en una miseria, para que tengas una referencia, qué evitar, como cuidarte, no sólo de los demás, sino también de tí mismo. Enfrenta tus impulsos oscuros, deja de negarlos, para poder tomar las riendas y quitarles poder a esas tendencias, antes invisibles. Si, está en tí también el mal, y sólo ese conocimiento de oscuridad te liberará de su poder. Todos, aún las víctimas del mal, se ven fortalecidos y enriquecidos con la experiencia, aún dolorosa.

El humano suele estar adormecido buscando sólo el sustento o el crecimiento material. Dios, por amor, nos sacude, nos enfrenta a la necesidad de despabilarnos y buscar crecer. Porque el Universo está en permanente expansión y lo que no crece, o no se transforma o no se expande, caerá en involución y muerte o desaparición.